Hoy tomé una foto de su rostro en mi memoria
me dió su mano con timidez,
miré sus ojos y sin dudar supe,
que lo amaba como a nadie más en la tierra.
Sus labios provocando la ilusión de esta pequeña,
sin poderle dar un beso, tan siquiera en la mejilla;
tenía seca la garganta y los labios,
de una gota de amor humildemente ansiosa.
Clavado en lo más profundo de mi alma,
más que una foto, un beso pudo ser,
para dejar huella en su camino y seguro,
en mi vida, el mejor cortometraje.
AliCorpe
